A poca distancia del pueblo, entre campos de labranza se halla esta ermita de tipo rural cuya planta configura un sencillo rectángulo con cubierta de madera a dos aguas.
Al exterior, los muros se encuentran enlucidos y la puerta adintelada se abre a los pies.
Una pieza de notable calidad es el Crucificado (188 × 65) gótico de la segunda mitad del siglo XIV que se conserva en su interior. Es un Cristo muerto de proporciones alargadas y anatomía geometrizada especialmente marcada en los brazos cilíndricos y en el torso. El paño, anudado a la cadera cae formando plieges en «V» hasta las rodillas que se doblan en la característica curva del gótico de este siglo. La policromía ha sido renovada.